Lc 15,3-7
"Yo les digo: que de igual modo habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que vuelve a Dios que por noventa y nueve justos que no tienen necesidad de convertirse".
LA devoción al Sagrado Corazón de Jesús surgió como la necesidad alegre de agradecer la gran misericordia de Dios manifestada en toda la humanidad de Jesús. Y el símbolo de todo esto radica en su corazón.
Por eso hoy , la liturgia nos presenta una parábola del capítulo 15 del Evangelio de S. Lucas.
El texto de este día trata sobre la oveja perdida. Jesús dice esta parabola, para explicar pr qué come con los pecadores, por qué tiene esa preferencia por aquellas gentes que, a los ojos de los justos , eran basura humana, despreciada por Dios.
Un pastor tiene cien ovejas. Se pierde una. El pastor deja las 99 y se va a buscar esa una perdida, recorre mar y cielo hasta que la encuentra. Una vez encontrada, el pastor experimenta una profunda alegría. Alegría que no es solo para El; necesita compartirla con sus amigos y vecinos: es una alegría social, comunitaria. Así pasa en el cielo. Jesús dice, como argumento de su comportamiento "desviado":Así es mi Padre, el Pastor, así es su corazón, que no quiere que se pierda uno solo de sus hijos. Por eso, así soy yo.
En la iglesia , al menos en teoría todos los documentos eclesiales, han afirmado la opción de Dios y Jesús por los pobres; pero creo que no hemos resaltado, suficientemente el cariño preferencial por los pecadores, los perdidos, los alejados.
¿Buscamos esas ovejas perdidas?
¡La alegría en el encuentro está garantizada!!
TOMADO DE:
5 MINUTOS DE ORACION EN EL HOGAR
#260 PAG. 15 JUNIO 2010
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